"¿Novia?" pensé. Ni siquiera a ella imaginaría como tal, era extraño, la quería con todas mis ganas pero no sabía cómo imaginarmela conmigo. Nunca tuve la palabra "novia" ni ninguna por el estilo en mis pensamientos con ella. Más que una palabra, Rosario era una idea que hice mía, sin títulos ni derechos de propiedad, algo tan sencillo pero a la vez tan complejo como decir "Rosario y yo".

tengo casa y tengo comida,
pero nadie me cuida
ni me da el corazón.

[<<¿Sabe que usted es culpable de una de las crisis más importantes de mi vida?>>
Preguntó: <<¿Económicas?>> y todavía reía. Contesté: <<No, sentimental>>. Y se puso seria. Continué: <<Mire Avellaneda, es muy posible que lo que le voy a decir le parezca una locura. Si es así, me lo dice nomás. Pero no quiero andar con rodeos: creo que estoy enamorado de usted>>.
Esperé unos instantes. Ni una palabra. Miraba fijamente la cartera. Creo que se ruborizó un poco. No traté de identificar si el rubor era radiante o vergonzoso. Entonces seguí: <<A mi edad y a su edad, lo más lógico hubiera sido que me callase la boca; pero creo que, de todos modos, era un homenaje que le debía. Yo no voy a exigir nada. Si usted, ahora o mañana, o cuando sea, me dice basta, no se habla más del asunto y tan amigos. No tenga miedo por su trabajo en la oficina, por la tranquilidad en su trabajo; sé comportarme, no se preocupe>>.
Otra vez esperé. Estaba allí, indefensa, es decir, defendida por mí contra mi mismo. Cualquier cosa que ella dijera, cualquier actitud que asumiera, iba a significar: "Este es el color de tu futuro"-
Por fin no pude esperar más y dije: <<¿Y?>>. Sonreí un poco forzadamente y agregué, con una voz temblona que estaba desmintiendo el chiste que pretendía ser: <<¿Tiene algo que declarar?>>. Dejó de mirar su cartera. Cuando levantó los ojos, presentí que el momento peor había pasado. <<Ya lo sabía>> dijo.<< Por eso vine a tomar café.>>]

(terminé de leer La Tregua, y confieso que me dieron ganas de enamorarme)

Hoy es TAN domingo. Afuera está lloviendo, hace frío y yo encerrado en casa tomando mates y comiendo facturas. Nunca como facturas, cuando termino la primera termino empalagado. Pero confieso que en este último tiempo me hice re matero. Por un segundo me pareció rara la situación. El día es el típico "domingo deprimente", pero yo como siempre en contra de la corriente, no estoy deprimido. ¿Será que me gustan los días deprimentes, por lo tanto no me deprimo, sino que los disfruto? Puede ser. Tal vez prefiero bajonearme en días que supuestamente tendrían que ser "lindos". Estoy escuchando música hermosa que me llega al corazón y pienso en mil frases que me cruzan la cabeza una y otra vez, y como no tengo absolutamente nada para hacer y el finde es largo, me dedico a escribir trivialidades en mi blog.
Estoy fumando menos y me veo con una actitud mas optimista, todos lo notaron. Y con razón. Me curé del malestar corporal del que hablé antes y me recuperé mentalemente también. Qué loco. Una amiga me dijo que es al revés: me recuperé mentalemente, y se me pasó el malestar corporal. Tiene un punto, pero no creo que "todo es psicológico".
Estoy leyendo La Tregua por segunda vez. Me encanta ese libro y tuve una situación graciosa que me hicieron dar ganas de leerlo otra vez. No da contarla, es una boludés. A veces me siento como Martín Santomé, el protagonista de la novela, con la única diferencia que él tiene 49 años y se está por jubilar, y yo tengo apenas 17 años y estoy por terminar la secundaria. (Y también con la diferencia que tiene aspecto de homofóbico, pero no viene al caso). Lo copado del libro es que tiene un final super inesperado, y eso es lo que me gusta. Soy medio estúpido porque ya sé cual es el final y sin embargo estoy esperando que aparezca (ja). Pero es distinto, lo estoy leyendo con otra mentalidad, otro punto de vista. Presto atención en otros aspectos y releeo líneas diferentes de las que releía antes.
Ok, voy cortando con la entrada porque ya se está tornando denso y si alguien lo lee en esta instancia ya está podrido. Besos y un feliz bicentenario. Me acabo de acordar algo muy gracioso: tengo en MSN un contacto que tiene de nick "Bicentenario ♥". Estoy un 90% seguro que no tiene ni idea de todo lo que trae detrás esa palabra. Estoy pensando en eliminarlo.

Iba pateando solo con una canción. Iba cantando solo y me acorde de vos, de vos que hace tiempo sos mi Dios. Canción que hace juego con mi voz, de voz ronca de tristeza y dolor. Iba hacia a ningún lado y sin ningún reloj. Iba soñado un sueño y me acorde de vos, de vos y está en vos que pueda vivir, un mundo donde otra vez pueda reir, sin que mi espera sea sufrir.

Y cortarle el freno a lo imposible, congelarte y guardarme un lugar en tu existencia indestructible. Escaparme por un trago más y esperar a que todo termine. A inventarme una posibilidad para encontrar tu debilidad y que tu ausencia no me impida seguir y que vivir no sea solo sobrevivir.

Mirando fijo a la luna mi pena eclipsó. Y con los ojos mojados me acordé de vos y pensé en no pensarte nunca más, pero pensar en nada también es pensar... como es tu espacio donde quiero flotar. Y cortarle el freno a lo imposible, congelarte y guardarme un lugar en tu existencia indestructible. Escaparme por un trago más y esperar a que todo termine. A inventarme una posibilidad y poder encontrar tu debilidad. Y que tu ausencia no me impida seguir, y que vivir no sea sólo subsistir.

Y mirando el horizonte hallé al sol donde se esconde y creí encontrar mi tesoro y me acordé de vos. Y mirando ese narciso entendí que el sabio es sabio por saber y no ver, y tu locura mi mayor placer. Y jugando a dormirme hacia el jardín prohibido me escapé y desperté mitad despierto y la otra mitad se fue corriendo a ver al sol donde se enconde, y creí encontrar mi tesoro, pero esta vez, tan lejos de mí me escapé y me acorde de vos... de vos. Me acorde de vos... de vos.

♥

Esos días fueron raros. Había una tremenda estabilidad en el ambiente y eso lo hacía dudar. Nunca estaba todo tan normal, tan equilibrado. Nunca supo si eso fue una buena o una mala señal. Había algo en el aire de la ciudad que inspiraba calma. Pero no la calma que te tranquiliza y te deja feliz porque sentís que nada puede molestar, sino el tipo de calma que hace parecer que nada sucede. Que nada va a pasar. Que todo es una línea recta y ya se está covirtiendo en aburrimiento. Caminó por calles céntricas de la capital, donde las personas tiene un destino, un lugar al cuál ir y alguien a quién ver.
Él no tenía destino. No sabía donde ir, simplemente salió a pasear para poder pensar, para tal vez poder encontrar eso que lo llene y lo saque de su aburrimiento. Nunca lo confesó pero amaba deambular solo por calles super transitadas, ni siquiera él sabía porqué. Miraba para todos lados, había de todo por donde mirara, cosas agradables a la vista, paisajes, edificios, luces, lugares que lo atraían para que entrase. Intercambió miradas con varias personas, pero sólo eso y nada más.
Empezó a tratar de decifrar que había en esos ojos que lo miraban por sólo segundos. Tenía una capacidad para analizar a la gente por gestos, miradas o simples actitudes que denotaban su situación. En esos ojos encontró de todo. Vio angustia. Vio poesía. Vio arte. Vio resentimiento. Vio alegría. Vio muchas cosas, tantas que le resultaba difícil recordarlas.
Por un momento quedó perplejo. Lo invadió un bajón lleno de angustia y de desesperanza. Tenía miedo. Esas personas que le pasaban por delante de su cara. Esas personas que iban apuradas con ropas llamativas. Personas que intentaban dejar en claro lo felices que eran. Intentaban muchas cosas. En sus miradas habitaba de todo, menos corazón. Aunque se haya ahogado de angustia, en lo profundo de sí mismo, todavía quedaba una gota de esperanza, una pizca. Sabía que había un corazón para él. Había algo en sí mismo que quería seguir mirando, para encontrar, quién sabe qué.

Anoche salimos: Tenía gran expectativas de la noche, pero mi estado duró poco. Entre las luces, el alcohol, las caras sin rostros, risas y la música reggaetonera para menear a full pedí que vayamos afuera porque necesitaba aire. No fue buena idea sentarme. Y menos tratar de evitar la descompostura y el mareo con un cigarrillo. Fui con una amiga a la escalera y sinceramente, nose porqué empezamos a hablar de nuestro recurrente tema: el amor. Le expresé mi miedo de no encontrar a una persona que me vuelva a dar vuelta la cabeza, no estaba seguro de que exista ni de poder encontrarla. Ella entendiéndome claramente lo que quería decir, como siempre me entiende, me dijo, en pocas palabras: "Fer, nos falta todo un mundo nuevo por conocer. Este año terminás la escuela, después viene la facultad y hay un montón de personas. ¿Sabés toda la gente que hay por ahí que te falta conocer? Mira, vos te querés ir a estudiar afuera, es toda gente nueva por conocer. Además, tenemos 17 años recién, nos falta mucho por vivir. Es OBVIO que vamos a encontrar a alguien" Sellamos ese momento con un abrazo que fue muy lindo.
Ahora que lo pienso hacía mucho tiempo no recibía un abrazo sincero. Después agregó: "Bueno ahora vomitá, cuando viene ese impulso que parece que te vas a atragantar es ahi donde tenés que meterte los dedos". No hace falta contar lo que vino después.
Hacía tanto tiempo que no salía a bailar. Y más tiempo que no me ponía tan ebrio. Creo que desde noviembre del año pasado cuando fuimos a ese canilla libre donde fue todo tan bizarro pero tan gracioso. En fin, sacando de lado mi descompostura desde las 3am, la pasamos bomba. Al menos yo. Estaría bueno que lo repitamos con más tiempo, somos un grupo lindo y cuando queremos, la pasamos genial.

¿Estaré reseco? Sentimentalmente, digo.

Hoy comprando un poco de esto y un poco de aquello en la librería me encontré de casualidad a una amiga. Fue agradable, es una de las buenas. Hacía mucho que no nos veíamos, ya casi un mes. Desde mi cumpleaños. Apenas nos saludamos (aparte de recordarme que tenia el pelo hecho un desastre) me empezó a contar, como si fuera a la primera vez que le decía a alguien, su experiencia en el consejo, en la tv, en la radio, etc. Sé que es exagerada, pero quería resaltar el punto de que estaba ocupada y super involucrada en un proyecto del consejo, tipo para cambiar leyes y esas cosas creo yo, y estaba re contenta y parecía satisfecha con lo que estaba haciendo. Hasta que nos despedimos, no paró de hablar de sus cosas, ese proyecto del cual es presidenta, y su vida "atareada".
Dedicó creo que 5 segundos a preguntar por mis cosas, pero sinceramente no quería cortarle su momento de gloria porque lo estaba contando con mucho ánimo. Pero la perdono, porque ella es así; la conozco, la entiendo, y la quiero un montonazo. Le respondí con un "todo bien", la verdad no soy de esas personas que te cuentan su vida con todos los detalles de lo que están haciendo en un encuentro de mera casualidad de 5 minutos. Prefiero más tiempo.
En fin, a lo que quiero llegar con todo esto es que no la paré y decidí escucharla porque me gustó verla tan motivada y contenta. Tiempo atrás (o años atrás) me hubiera sentido inútil y estúpido porque seguramente no estaría haciendo NADA de mi vida, pero ahora.. ahora no es así. Y pensando después mientras me duchaba (momento justo para pensar) comprendí que la clave para no caer en un pozo y tener una crisis, es mantenerme ocupado haciendo cosas, proyectos, nose. Hacer algo. No puedo quedarme sin hacer nada porque sino mi cabezita comienza a pensar de más y eso equivale a entrar en crisis. Aclaración: mi crisis momentánea está pasando, la estoy superando( jaja).

No otra vez. No quiero. No quiero volver a sentir esa angustia interna sin motivos concretos que ya sentí años anteriores, y que trajeron consecuencias. No quiero decaer de nuevo y sentir que todo me sale para el orto, que hago las cosas por nada, que parece que el mundo se me viene abajo. No puedo permitirme vivir la experiencia que ya pasé antes con el colegio. No quiero que me vaya mal, bajar los brazos, tocar fondo y después recien a final de añó hacer malabares para zafar. No quiero volver a las trasnochadas que me pegaba enfrente de la compu, las siestas interminables, los trabajos prácticos nunca hechos, las pruebas a las que no asistí. No puedo decaer de esa forma. Estaba bien, equilibrado, responsable, con ganas, ya es el último año y eso es de alguna manera un incentivo. Tengo planes para el futuro. Proyectos. No puedo renunciar a eso por una... ¿crisis momentánea?
¿Qué pasó? Estaba todo bien y ahora siento que estoy yendo en bajada.

• Dear Diary: My teen angst has a body count.

Tengo un malestar corporal y parece que no quiere irse. No sé que mierda es, me siento enfermo, decaído, sin ganas. Ya ni mi mente quiere tomarse el trabajo de pensar. Me dicen "es todo psicológico", pero la verdad no creo que sea tan así. No logro recomponerme y me está empezando a agarrar miedo. Sí, ya sé que soy exagerado.

Me sentí desubicado, fuera de lugar, como si hubiese existido una pelea que nos obligaba a quedarnos callados. Ni siquiera compartimos un saludo. Creo que hoy fue el día donde pensé "ok, definitivamente algo cambió". Emitíamos sonido luego de pensar 4 veces lo que ibamos a decir, lo noté muy bien. Sin embargo no fue un sentimiento de tristeza el que me invadió, fue una sensación de comprensión, como dije antes, comprendí que somos distintos. Admito que tomó un tiempo asumirlo y procesarlo. No lo entiendo, somos tan parecidos y tan distintos a la vez. Es muy loco. Hace tiempo que no podemos entablar una charla fluida sin saber que si uno calla y deja de decir trivialidades, la habitación queda en mute. Eso fue una señal. No me importó demasiado, supongo que porque ya lo veía venir. ¿Cómo no verlo? Algo cambió y nadie fue capaz de remediarlo.

Años atrás no creía en el amor y no soportaba la gente que se enamora all the time y ve todo color rosa. Aún lo hago. Pero no me equivoco cuando digo que soy alguien enamoradizo. Pero no lo soy en el sentido de conocer a alguien y al otro día amarlo from the most deeply of my heart. Nono, eso es justamente lo que no soporto, sino que tengo momentos de un enamoramiento-flash. Es un momento cuando veo a alguien que no conozco y me le quedo observando porque hay algo en esa persona que me atrae y me impulsa a querer conocer (aunque lo más probable es que lo conozca y me desenamore). Por eso mismo es que le digo flash. Es fugaz. Lo veo, me enamoro por un momento, luego se va, desaparece de mi vida, y yo por supuesto sigo con la mía. Pero ese momento de 5, máximo 10 minutos es contemplar la belleza absoluta.
Nose si estoy loco o qué, pero me pasa. No creo que sea algo raro ni psicótico, sólo lo denomino como un momento de total cautivación de mi parte. Belleza. Y me pasa de pura casualidad. En lugares super cotidianos, por ejemplo un colectivo, donde sé que no voy a volver a ver esa persona. Pero creo que eso es lo divertido. Lo veo, I fall in love, y después desaparece y no tengo que verlo nunca más. No se sufre. No se decepciona al conocerlo. Es como cojer con alguien del cual no conocés absoutamente nada, con la diferencia que esto va más allá de lo sexual.
Tal vez en el futuro me mande alguna entrada contando acerca del enamoramiento flash del momento. Me van a entender.

[Al otro día como el áve fénix me levanto con el pie derecho y río sin razón..]

Solo. Me acostumbré a hacer las cosas solo. A salir solo. A dormir solo. Convivir conmigo mismo y estar desconectado de muchas cosas insignificantes que tenían un rebote desagradable en mí. Por momentos me gusta estar solo, creo que disfruto más de ciertas situaciones que te da la vida si estoy solo. Aunque por otro lado, seamos sinceros, es lindo estar acompañado. Sentirte querido por alguien, o al menos que te tengan en cuenta para determinados momentos. Empiezo a comprender que no es que me siento solo, ni mucho menos que estoy solo; comprendo que no es que la gente no me quiera; pero a decir verdad algunas veces me siento olvidado, o simplemente fuera del marco sentimental que uno tiene en cuenta cuando necesita a otra persona. No siento que alguien en verdad me necesite.

Ayer justamente, paseando con una amiga y hablando de todo un poco, me planteó algo en lo que me quedé pensando porque puede que quizá tenga razón en lo que dice. Entre otras cosas, me decía que estaba "negado, malhumorado, ya no te reís, ya no salís, no te divertís, no sos feliz". Yo creo que fue un poco extremista porque no me veo como una persona tan así. "Cuando querés sos un pibe re divertido, hacés reir mucho a la gente y sos re social y buena onda, lo sabés". Es verdad, tal vez esté un poco "apagado" para decirlo de alguna manera, pero lo extraño es que yo me siento bien así como estoy. Solo. Tranquilo. No siento la necesidad de andar por la vida haciendo locura tras locura, saliendo, poniendome en pedo y andá saber que otra cosa más. Será que al tener 17 años lo normal es hacer eso. Anyway, nunca me sentí normal... qúe mierda es ser normal en fin?

Me quedé colgado con esto que me planteó porque no es la primera que lo dice, tal vez sea la primera que hace tanto hincapie en el tema, o la que fue más directa. Capaz sea porque tengo confianza en ella, en nuestro años de amistad y sé que cuando dice estas cosas es porque es así y no hay vuelta que darle. En un punto tiene razón, hay ciertas cosas que dejé atrás a medida que el tiempo pasó. Para dejarla tranquila, para comprobarlo o simplemente ver qué es lo que pasa en mí, decidí tomar un poco la actitud que mi amiga propone y que, según ella, es lo que perdí o estoy perdiendo. Dejarme llevar, divertirme, no pensar tanto en las reacciones, soltarme. Tampoco voy a ser un tiro al aire ni voy a vivir en una nube de pedo, pero creo que sumar como ingrediente un poco de eso, capaz que algo en mi vida cambie. No sé. No pierdo nada con probar y quién dice, puede que sea una manera de renovarse, de sentir cosas que están olvidadas.